Orugas procesionarias. Prevención y control

“La Ley 43/2002, de 20 de noviembre, de  sanidad vegetal establece en su artículo 13 que corresponde a los propietarios de las fincas mantenerlas en un buen estado fitosanitario. Así pues deben ser los propietarios quienes están obligados a realizar las medidas de control de la plaga. Por otra parte, el Real Decreto 131 112012, de 14 de septiembre, por el que se establece el marco de actuación para conseguir un uso sostenible de los productos fitosanitarios, determina qué «..la aplicación de productos fitosanitarios solo podrá realizarse por usuarios profesionales, previo asesoramiento sobre el control integrado de plagas y la suscripción de un contrato..»

Como se ha dicho anteriormente la procesionaria del pino es de una especie propia del ecosistema de los pinares, y por lo tanto no es posible ni sería deseable su desaparición o erradicación. La procesionaria es una especie que sirve de alimento a multitud de animales que forman parte de dichos ecosistemas y su desaparición podría suponer males mayores de los que supone su simple presencia, por muy molesta o dañina que pueda parecer al limitar las actividades humanas. Por otra parte el daño que causa a los pinos es poco importante, aun cuando llegue a defoliarlos completamente. El hecho de que la procesionaria realice su alimentación durante el invierno hace posible que los pinos puedan recuperarse al llegar la primavera, ya que vuelven a brotar. La procesionaria es un problema mayor por los daños sociales que causa que por los posibles daños que causa al arbolado. El problema es la presencia de las orugas y sus pelos urticantes.

Así pues, y dado que desde prácticamente mediados del mes de octubre o principios de noviembre, las orugas han desarrollado los pelos urticantes, se recomienda que se tenga mucho cuidado y se extremen las precauciones en la presencia de orugas de procesionaria y sus nidos. En primer lugar no se las debe tocar, como es lógico, y tampoco molestarlas. Sin llegar a tocarlas pueden difundir al aire una pequeña antidad de pelos urticantes que quedan flotando en el aire, sobre todo cuando están realizando sus procesiones de enterramiento. En segundo lugar, hay que tener precaución al eliminar bolsones que hayan quedado en las ramas, aunque ya no haya orugas. Dentro de los bolsones quedan gran número de orugas muertas, mudas y por lo tanto pelos urticantes. Por ello se recomienda que se vista con ropa que proteja, así como llevar puestas gafas protectoras y la utilización de guantes.

Si se considera por parte del propietario que es necesario tomar medidas de control, en función del nivel de presencia de bolsones en los arboles de su finca, se puede proceder de dos maneras:

  • Si el nivel de presencia de bolsones es pequeño y limitado (no más de 1 o 2 bolsones por árbol), se puede intentar controlar los niveles poblacionales de procesionaria mediante la instalación de trampas de feromona. Estas trampas están formadas por el cuerpo de la trampa, que es una caja rectangular con dos aberturas en forma de embudo, y que en la parte inferior tiene enganchada una bolsa de plástico donde se recogen las mariposas capturadas. En el interior del cuerpo de la caja, se cuelga un vial de plástico que contiene la feromona sexual de esta especie, y que atrae a los machos hacia la trampa. En masas de pinar se suele instalar una trampa por hectárea, situándolas en las zonas de borde y claros. Dado que la feromona atrae a las mariposas de las zonas aledañas, si se instalan en determinadas fincas de forma aislada, su efecto puede ser contraproducente, ya que se atrae a mariposas de los alrededores y se puede ver afectada su efectividad, por lo que se recomienda que se distribuyan varias trampas por fincas vecinas, de modo que no se concentren las mariposas.
  • Si se tiene una mayor cantidad de bolsones, se pueden eliminar mediante su corta, o tratándolos mediante una mochila, aplicando insecticidas cuya materia activa pertenezca a la familia de los piretroides. Esta aplicación se debe efectuar de modo dirigido al bolsón, pulverizando estos directamente. Si se diera la circunstancia de que por la altura de los arboles o por la posición de los bolsones la pulverización no Ilegara entonces no quedaría más solución que recurrir a empresas de tratamientos, ya que son las que pueden disponer de equipos adecuados para tal fin.En cualquier caso, si se realiza una inspección detallada en el momento en que se empiezan a desarrollar los bolsones, estos son más pequeños, las orugas no son peligrosas y estos bolsones están situados en zonas más accesibles del árbol, por lo que es el momento en que es más factible y mas cómodo de controlar el problema.Los días cálidos de final del invierno y comienzo de la primavera son los días mas críticos ya que son cuando las orugas descienden de los árboles para realizar sus enterramientos. Se recomienda a aquellas personas que Sean alérgicas o que se puedan ver más afectadas por las orugas a que dentro de lo posible eviten salir al exterior o al menos que eviten zonas donde puedan estar presentes las orugas.Así mismo se recomienda que se extremen las precauciones con los niños pequeños, ya que su piel es mucho más delicada y los efectos de los pelos urticantes pueden ser más molestos que en el resto de la población.

    Por otra parte se recomienda tener también especial cuidado con los animales domésticos, especialmente con los perros. Estos animales pueden sufrir terribles daños debido a la necrosis que pueden causar los pelos urticantes en sus mucosas y zonas que quedan más expuestas a las orugas (boca, lengua, hocico, belfo, …) y que por la curiosidad de estos animales son las zonas donde mayores heridas pueden sufrir.”

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